Llega diciembre y a un paso tenemos las Navidades, esa época del año que se puede vivir de dos formas diferentes: nos encantan o estamos deseando que terminen. En lo que si coincidimos es en que es una época familiar y siempre que hablamos de familia, elegimos lo mejor y de lo mejor, lo superior. Lo mismo ocurre con los Lechazos de IGP, solo se etiquetan los que cumplen la normativa. Para diferenciarlos debemos fijarnos en la vitola roja con el logo de la IGP, colocada en cada una de sus patas. Es una vitola de papel resistente al fuego, lo que permite que esta identificación llegue al plato de nuestro invitado que al instante podrá comprobar que se trata de:
- Un Lechazo que procede de las Razas Autóctonas de Castilla y León (churra, castellana y ojalada)
- Un Lechazo, alimentado solamente con leche materna
- Un Lechazo de una calidad insuperable, con una carne tierna, jugosa y de sabor suave
Es importante que nos fijemos en que el Lechazo lleve colocadas las vitolas que contienen la fecha de sacrificio y un código numérico que corresponde a la trazabilidad, a través de la cual, con una sencilla llamada al Consejo Regulador, le podremos facilitar los datos y la calidad del Lechazo.
Porque para todos, la familia es lo más importante, estas Navidades, elige lo mejor, elige Lechazo IGP de Castilla y León.
Estarás apoyando a miles de familias ganaderas de Castilla y León que se esfuerzan cada día para ofrecernos una carne de insuperable calidad.
IGP Lechazo de Castilla y León, les desea Felices Fiestas y disfrute con los suyos del origen de lo auténtico.